domingo, 23 de abril de 2017

Nos siguen pegando abajo

Por JBE
 
A juzgar por la seguidilla de improperios recibidos últimamente de parte de personajes como Otto Vargas, Artemio López o Guillermo Moreno, cualquiera diría que el fantasma del comunismo recorre la Argentina y que una bíblica banda de cazadores ha salido en su persecución, más aún cuando constatamos que otro viejo exorcista como Norberto Galasso volvió a las andadas de persignarse en contra nuestra. La excusa para amonestarnos vino esta vez a colación de una entrevista sobre “qué significa hablar hoy de pensamiento nacional”, trillada cumbre cerebral que el historiador decidió atacar dejando al descubierto esa falla de nacimiento conque la genética del justicialismo –basada en el pacto social y la tercera posición: “ni yanquis ni marxistas”– carcome el hemisferio izquierdo de algunos peronistas incorregibles
 
De todas maneras no empieza nada mal el sermón, que reza más o menos así: “Formada por Clarín y La Nación, por la enseñanza tradicional de los colegios y por los intelectuales del sistema, la clase media argentina tiene un pensamiento antinacional formulado en función de los grandes intereses de las empresas extranjeras que explica la consagración de Macri en lo más alto del poder político”
 
Irrefutable descripción del carácter sumiso implantado desde el corazón del mundo capitalista en la mentalidad argentina promedio a través de sus gerentes locales. Pero acto seguido, y sin mediar ningún otro elemento de análisis, sobreviene abruptamente el zafarrancho:
 
 –Y la izquierda tiene algún rol en esto?
–Gran parte de la izquierda ha pensado en ruso. El PC, por ejemplo, ha pensado en chino, en vietnamita. No ha pensado en Latinoamérica
 
 
La importancia otorgada a la influencia del Partido sobre la idiosincrasia nacional es tan aparatosamente exagerada que la falsedad del planteo en sí mismo queda expuesta por obra y gracia de una evidente ridiculez
 
Pero lo absurdo no quita lo jodido. Hay que estar imbuido de un macartismo profundo y lindante con lo facho como para desempolvar las habladurías urdidas por el imperio desde 1917 para estigmatizar al comunismo como una “ideología foránea” y a su militancia como “agentes de la agresión marxista internacional”, campaña que a lo largo de décadas sirvió para sembrar el terror y la siniestra simpatía que la última dictadura cosechó entre vastos e imperdonables sectores de la opinión política y apolítica de nuestra sociedad programados para justificar el genocidio mirando para otro lado y repitiendo el lema “algo habrán hecho”   
  
Lo llamativo de la prédica anticomunista de Galasso no es sólo el hecho de que al ser consultado respecto de “la izquierda” se haya referido en exclusivo a nuestra organización, una elección que a pesar de su traza equivocada, chismosa y cizañera implica voluntaria o involuntariamente el reconocimiento de cierto y determinado lugar en la historia y la cultura. Lo curioso es que además no haga mención alguna a La Izquierda esa que –por desgracia– aparece hoy representada en la alianza de los partidos troskistas PTS y PO, afamada en los foros mediáticos por su rabiosa oposición a los gobiernos de Néstor y Cristina, por los infaltables piquetes de ruta montados al servicio sicario de la burocracia sindical encabezada por Moyano, Venegas y Barrionuevo, por su patriótica participación en las reuniones de apoyo al “campo” convocadas por la Sociedad Rural en Palermo, por un activismo golpista compartido codo a codo con Mauricio Macri, consagrado presidente gracias a ese medio punto que con absoluta coherencia el Frente de Izquierda al fin y al cabo le facilitó llamando a votar en blanco

Galasso y los cazafantasmas tienen una impecable puntería disparando al Partido Comunista. Los troskos siempre se les escapan, y tal cual como si se tratara de macrigatos les dan de comer, los acarician. ¿No será que Galasso y los cazafantasmas son troskos? 
 
Como fuere, no cabe duda de que conspiran contra la reunión efectiva de las fuerzas que juntas resisten al macrismo, luchando por volver al futuro inspiradas en el rescate de los grandes tiempos vividos entre el 2003 y el 2015, decididas a retomar su destino en dirección a la patria socialista que todo pueblo del mundo merece
 

4 comentarios:

  1. La verdad, no me parece oportuno abrir una polémica sobre el tema, en momentos en que todos nuestros esfuerzos( los de todos los partidos políticos del campo popular incluido el PC por supuesto) tendrían que estar dirigidos hacia la construcción de ese Frente Nacional, popular, democrático, pluralista y amplio que necesitamos para derrotar al neoliberalismo tanto en nuestro país como en los restantes de américa latina. Un razonamiento sencillo nos lleva a pensar que todo lo que divide no une y lo que no une al campo popular es funcional al neoliberalismo. Que algunos compañeros peronistas como Galasso o Artemio, deslicen frases como las que menciona Juan, podemos discutirlo personalmente con ellos, pero insisto, nuestro desvelo tiene que estar apuntado a la construcción y consolidación del frente, esa herramienta con la que necesariamente debemos derrotar al neoliberalismo que entre otras barbaridades, está instalando la última etapa de la guerra de baja intensidad en la querida Venezuela y de cuyo fracaso o triunfo, dependerá en gran medida la suerte del territorio que va desde el sur del Río Bravo a Tierra del fuego.

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  2. Miguel Ángel, no son deslices decir que el PC no es una izquierda nacional (Galasso) o celebrar su "desaparición" ante la justicia electoral (López). Son definiciones políticas muy graves realizadas en medios públicos, que niegan la historia y el presente de nuestra organización en la lucha popular nacional y latinoamericana contra el imperialismo, el capitalismo y el patriarcado. El anticomunismo ha sido (y es) el germen infeccioso que desencadenó persecuciones y el aniquilamiento de millones de personas en el mundo, como los cometidos por el nazismo y el fascismo en Europa y las dictaduras en nuestra región. Por eso, hay que repudiar y combatir en las ideas todo tipo de manifestación anticomunista porque ser comunista es luchar y sembrar las ideas sociales más justas.
    Aclaro que no estoy comparando a Norberto Galasso y Artemio López con ideologías y acciones que atentaron contra la humanidad. Sin embargo, no puedo evitar el rechazo y la preocupación frente a sus declaraciones porque son contrarias a la unidad tan urgente y necesaria para dar batalla contra el gobierno de los ricos y abrir un proceso político que se nutra de lo mejor del anterior y riegue el sendero de la patria liberada.
    Lxs que están en falta no somos lxs militantes del PC, sino quienes hacen tan repudiables declaraciones que lamentablemente abonan al sectarismo dentro del campo popular y encuentra eco en la nefasta maquinaria del odio encendida por el poder económico, su expresiones políticas de derecha, sus cloacas mediáticas y la embajada de Estados Unidos. Recordemos que en las manifestaciones gorilas contra el gobierno de CFK era habitual ver carteles que decían "no queremos una Cuba en Argentina".

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  3. Estimado Miguel Ángel

    Creo que una cosa no quita la otra, que una de las herramientas políticas necesarias para construir dicho frente es justamente la polémica con estas posiciones e imposiciones que atentan contra la unidad del campo popular. Galasso y Artemio podrán ser peronistas, pero no son mis compañeros. Del mismo modo que los troskos pueden bautizarse ungidos bajo un millón de rimbombantes nombres y adjetivos socialistas, para luego comportarse como boicoteadores sistemáticos de la unidad organizada y democrática del campo popular. La amplitud necesaria para derrotar a la derecha fascista aquí y en cualquier otra parte será estéril si no se cuida de excluir claramente a los personajes y grupos identificados con estas actitudes. Y tanto al campo popular como a la construcción frentista le vendría muy bien que algunas compañeras y compañeros del peronismo reconozcan el daño que hacen cuando, imitando el compás de la derecha, avalan como “izquierda” al FIT, colaborando así a enchastrar el espacioso arco político e ideológico de la sociedad que se orienta en esa corriente pero no necesariamente con el FIT, pero que acorralado por el oportunismo troskista, el macartismo peronista y la hartante serie de grandísimos retrasos derivados del “capitalismo serio”, terminan apoyando al FIT. Y no polemizar respecto de estas perniciosas cuestiones es sencillamente permitir que se sigan reproduciendo

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  4. No creo que pueda construirse un frente antineoliberal sin claras definicionese políticas. Desde A.Alvarez milité Hasta el desmoronamiento dela sueño del XVI congreso. El seguidismo al kirchnerismo no acerca al socialismo. ASÍ NO

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