viernes, 22 de julio de 2016

A Rusia con amor




Hace no mucho, en marzo de este año, referí aquí la notable exposición que un diputado del parlamento ruso perteneciente a la bancada comunista ofreció en el local de Callao, donde tantas generaciones de militantes porteños se aventaron a la vida política

Allí se remarcaba de entrada el énfasis que el propio compañero hizo acerca de que la casta empoderada en el gobierno de los Estados Unidos y sus socios del imperio capitalista mundial siguen teniendo como uno de sus principales objetivos geoestratégicos la destrucción de Rusia

El intento por desplazar a Rusia de las Olimpíadas de Rio de Janeiro comprueba esta tesis

 *

Si los proclamados ideales de democracia, no intervención, libertad, igualdad y fraternidad hubieran sido respetados por las potencias del imperio capitalista mundial que tanto los proclaman, otro sería el cantar del mundo

Si la Revolución Rusa –como la China, la Cubana, la Nicaragüense y la Salvadoreña por mencionar sólo algunos otros ejemplos– no hubiese sufrido el ataque criminal impuesto con alevosía por dicho imperio durante décadas, guerra a guerra sin parar y esparciendo alrededor del mundo mediante dictaduras cívicas, militares y mediáticas la persecución, la muerte, la ignorancia o la tergiversación absoluta de lo que dichos procesos significaban y significan para el conjunto de la humanidad, los pueblos del mundo seríamos mucho más inteligentes

No lo somos, de ahí gran parte de nuestros atrasos, decadencias y problemas sociales, políticos y económicos de todo tipo 

*

Si Rusia, una de las delegaciones deportivas más envidiables del planeta, no participa de los Juegos, las Olimpíadas simplemente no tienen razón de ser. La prohibición de las y los atletas rusos es una nueva violación al espíritu olímpico

Si Rusia no participa, yo tampoco, y no pienso ver ni una sola carrera, un solo salto, ni un solo lanzamiento y menos que menos un partido de vóley, fútbol, básquet o lo que puta sea
 

Comandante Yelena Isinbayeva

jueves, 14 de julio de 2016

Promesa de Brujas




Cuánto gusto, cuánto miedo me da poder decir que por fin volví a ver una película de terror que vale la pena, una película de veras que ha logrado hacer recagar en las patas hasta al maestro Stephen King. Su protagonista principal es una rubia actriz argentina que se las trae y está literalmente basada en cuentos populares del folklore inglés, como esta vieja canción de Jethro. La última escena es uno de los mejores epílogos de la historia del cine, y es sin duda alguna el más tremendo, el más temido


Prestame tu oído mientras te llamo tonto
Fuiste besado por una bruja una noche en el bosque
Y más tarde insistías en que tus sentimientos eran verdaderos

La promesa de la bruja se acercaba
Creyendo que él escuchó mientras volabas riendo

Hojas caídas, rojas, amarillas, marrones
Son todas iguales
Y el amor que encontraste quedó afuera en la lluvia
Lavado por el agua, curando sus dolores

La promesa de la bruja llegaba
Y vos mirando para otro lado en busca de tu propio beneficio

Seguí buscando, seguí buscando un lugar para estar
Pero perdés el tiempo, ellas no son tan estúpidas como él
Mientras tanto las hojas siguen cayendo
Sos demasiado ciega para ver

No lo vas a tener fácil ahora, es lo justo
Estaba dispuesto a dar todo por vos, no te importaba
Estabas esperando más, pero ya habías tenido tu parte

La promesa de la bruja está dando vuelta
Por lo que no esperes despierta hasta que venga
Porque va a llegar tarde…

Ian Anderson
(1972)