sábado, 12 de diciembre de 2015

Choque de botellas




Como tantas otras bellezas, esta balada me llegó a través de una buena película. Guerra de vinos es la forma inepta conque alguien etiquetó al español a Bottle Shock, literalmente Choque de Botellas, que cuenta el salto a la fama internacional de las bodegas oriundas del Valle de Napa. En el año 1976, un comerciante de vinos británico radicado en París llega a la región para catar por sí mismo el rumor de que las cepas francesas sembradas siglo atrás en el Cuyo de California están pariendo unos ejemplares cuya calidad no tiene nada que envidiarle a sus originales transatlánticos. Esta es la historia de cómo fue que un troli de chardonnay norteamericano ganó aquella temporada el mundial de blancos. Si tiene usted la suerte de encontrarla en la tele, podrá mientras la bebe disfrutar también de esta canción exquisita

 
Entrada dedicada al favorito entre una cosecha incomparable de tías y tíos geniales conque la suerte quiso bendecir mi vida, mi Tío Yeyo. Caballero mendocino amante de su familia, la buena vida y los mejores vinos, quien hace ya un año en desdicha nos fuera arrebatado por el río del destino sin darnos todavía la resignación o el tiempo indispensable para darnos cuenta.

Y a mi sobrino Ignacio, que vino naciendo justo un año después
 




Voy caminando entre las sombras sin poder ver
Los rostros que sonríen cuando me caigo o abandono
Las puertas sin ventanas todas de nuevo bien cerradas
Pero debo pasar por aquí otra vez

La noche es caliente, las muchachas criollas cantan
Mi corazón late con fuerza, me zumban los oídos
Nueva Orleans ha sido encantada una vez más
Pero debo pasar por aquí otra vez

Encerrado en una habitación en Nueva Orleans
Mi sangre fluyendo deprisa
 
La noche es caliente, las muchachas criollas cantan
Mi corazón late con fuerza, me zumban los oídos
Nueva Orleans ha sido encantada una vez más
Pero debo pasar por aquí otra vez

Patrick Simmons
(1972)

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