El Daniel

Hoy sábado en la siesta de San Juan falleció mi tío Daniel Echegaray, el segundo hijo de Raquel y Ramón Eduardo, esposo de Graciela, padre de Laura y Josefina, abuelito de Emma. Medía 1,87 y su hermano mayor, mi viejo, lo había apodado desde chico “El Yeti”. Rugbier, ingeniero químico y hombre de negocios en diversos rubros: alimentos, maderas, sulfatos. Mi recuerdo de él se reparte en tres momentos y tres lugares: unas vacaciones de infancia en Calingasta, la segunda mitad del año 1990 en Jáchal, y el mes de enero del 2003 en la finca de Pocito. De allí saco nuestra última foto juntos, al borde de la piscina olímpica de 25 metros que construyó en medio del campo y frente a las montañas para dicha veraniega de toda la familia. Allí estamos juntos un sábado por la tarde, más o menos a la misma hora del infarto masivo conque hoy la muerte logró taclear a este gigante. El mismo brillo, la misma altura del sol sanjuanino, que es el más claro y poderoso del mundo. Estamos al borde de la pileta, en un descanso después de nadar varios largos. Charlamos algo. Lo veo estirarse y sumergirse una vez más, lo veo sacar la brazada.

 

 

 

El Daniel está viajando esta noche en un avión

Puedo ver las luces traseras de color rojo en dirección a España
Oh, y puedo ver al Daniel diciendo adiós
Dios, se parece al Daniel, deben ser las nubes en mis ojos

Dicen que España es bonita, aunque nunca he estado

Daniel dice que es el mejor lugar que jamás ha visto
Oh, y él debe saber pues ha estado allí lo suficiente
Señor, extraño al Daniel, Oh lo extraño tanto

Daniel, mi hermano, sos mayor que yo

¿Todavía se siente el dolor de las heridas que no cicatrizan?
Tus ojos han muerto, pero vos ves más que yo
Daniel, sos una estrella en la cara del cielo
 
El Daniel está viajando esta noche en un avión
Puedo ver las luces traseras de color rojo en dirección a España
Oh, y puedo ver al Daniel diciendo adiós
Dios, se parece al Daniel, deben ser las nubes en mis ojos
Oh Dios, se parece al Daniel, deben ser las nubes en mis ojos

Elton John