miércoles, 5 de junio de 2013

Partido Comunista de los Estados Unidos



Nel blu dipinto di blu by Domenico Modugno on Grooveshark


Cristóbal era un talentoso y versátil atleta. El papel de Superman era más que un desafío para cualquier actor, sobre todo para uno tan joven, pero él tenía la altura, los ojos y la facha que el personaje requería. Sin embargo estaba como medio delgado para la maza heroica necesaria. Se negó a usar músculos truchos bajo el traje, lo cual era una posibilidad de la cual después echaron mano actorazos sin gran contextura física como Michael Keaton, Val Kilmer, George Clooney y Christian Bale para encarnar Batman. Cristóbal prefirió abocarse a un régimen de dos intensos meses de entrenamiento supervisados por el ex campeón de pesas británico David Prowse, ni más ni menos que Darth Vader, el supremo villano de La Guerra de las Galaxias. Sí, ese mismo.

La rutina consistía en correr por las mañanas, dos horas de gimnasio y noventa minutos en la cama elástica. Con sus pausas. (No se me atore de sesiones, compa. Piense en sus codos, rodillas, tobillos, cintura y cogote. Ni hablar sus muñecas. Cuide a sus muñecas; sea feminista) También duplicó la ingesta de alimentos, basados estos en una dieta altísima en proteínas. Ergo: bifes de chorizo y huevos a lo Rocky.

La balanza indicaba 86 kilos al principio. Al completar el proyecto, Cristóbal había ganado treinta libras (14 kg) de músculo. Por lo tanto: Súperman pesa exactamente 100kg. Como uno.
 



 

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