jueves, 16 de mayo de 2013

La madre del cordero


Nos criamos desde chicos, juntos en El Mirador
Mi padre, peón antiguo, el suyo administrador
Claro que cuando uno es chico no entiende la diferencia.
Qué lindo haber sido dueño, no, de tan tremenda inocencia

El fundo, jugando, entero, lo habíamos recorrido
yo le ganaba casi siempre, porque era algo más crecido
Ella me juntaba flores, yo le tiraba las trenzas
y así se nos pasó el tiempo, casi sin darnos ni cuenta

A mi me tocó salir al campo, a pelar el ajo
ya no era tan cabro chico, taba güeno pal trabajo
Claro que todas las tardes, salíamos a pasear
y nos mirábamos mucho, sin hallar qué conversar

Yo me ensayaba tuito el día, de lo que iba a pedir
pero cuando estaba cerca, no encontraba qué decir
No sé lo que me pasaba, cuando la tenía a mi lao
se me anudaba el cogote, y ahí me quedaba pegao

Un día me dijo, que se iba dir de la hacienda
la mandaban a estudiar, a las monjas, creo, pa que aprienda
a tejer, a coser, a leer, había dicho Don Guille:
“Los libros son cosa buena, y hay que saber lo que dicen”

A mi me dentró una pena, cuando me dijo que se iba
que saqué juerza de adentro, y le dije que la quería
Ella no contestó nada, se puso coloradita
y yo que le robo un beso, de su mesmita boquita

Pasó el tiempo, un par de años, y nunca me olvidé de ella
por las noches la veía, mirándome de una estrella
Ella también me quería, yo estaba seguro de eso
me lo había dicho el gusto, dulcecito de su beso

El hombre, me dije, cuando es bien hombre, ha de saber lo que pasa,
me agencié su dirección con una empleada de las casas
Francisco me hizo la carta, y aunque no tuve respuesta
no me eché a morir por eso, lo que es bueno siempre cuesta

Tiempazo después el fundo, amaneció trastornao
las viejas de la casona, oiga, corrían pa lao y lao
se voltiaron dos vaquillas, las chuicas cómo dentraban
se raspaban las tortillas, y las empanadas chirriaban

Se acomodaron las mesas, el lugar pa las cantoras
se adornó todo con copihue, y con hoja de totora
A mí no me dio alegría, me dio todo junto al tiro
la Niña Rosa volvía, de nuevo pal lao mío

Después me quiso dar miedo, pensé hasta en no merecerla
pero mandé el miedo al diablo,, y me cacharpié pa verla
Ahí venía mi niña, más linda que el mismo cielo
con su misma boca roja esa, esa aonde puse mi beso

Venía con un vestido, que encandilaba los ojos
tomada del brazo de Don Guille, ja, que no cabía de gozo
Pasamos a la comida, se destaparon los chuicos
el vino cómo corría, oiga, cosa era que daba gusto

Después, después le entramos al baile, se afinaron las vihuelas
y se calentaba el adre con el tañar de las cuecas
No pude hablar con mi niña, estuvo muy ocupadaza
hablando con las visitas, y otra gente importantaza

Días después, una tarde, estando yo en el corral
pensaba ya en olvidarla, cuando me siento llamar:
“Venancio” me dicen, “Veno”, y me la quedo mirando
ahístaba mi niña linda, de pura dicha llorando

Nos abrazamos bien juerte, “¿Ud. me había olvidao?”
“¡Jamás!” le digo y la beso, como nunca había besao
Nos seguimos encontrando, era mía hasta los huesos
y yo también la quería, aunque muriera por eso

“Tengo dos manos” le decía, “pa hacer su felicidad”
y ella se me entristecía, cuando me sentía hablar.
Un día vino Don Guille, “a conversar”, dijo, “de hombre a hombre”
Habló cosas muy bonitas, con apelativo y nombre

Me dijo que la dejara, que la Rosa estaba grande
y que las cosas de niños deberían olvidarse:
“¿Entiende Venancio…” dijo, “…que ella no es de este lugar?
Es toda una señorita, y algún día se va a casar

No con un peón de fundo, y no es por desmerecer
La vida es triste, Venancio, pero qué se le va hacer…”
Me la empató muy re bien, después me soltó el doblao
“¿Entiende bien Beno lo que le digo? Si no, cortai pa otro lao”

Ahí me metí a las tomas; el trabajo, me dije, aunque lo pierda
me pelié hasta con los pacos, a punta de rebenque mierda
Cuarenta días tomando, bailando cueca aperrao
pa eso había juntao alguna plata, y no soy ningún fijao

“La vida es triste Venancio…”, eso no corre conmigo
mientras haya chinas güenas, la vida es vida mi amigo
Tiré de chincol a jote, le saqué al mundo la madre
tuve preso por rosquero, y me tomé hasta el vinagre

Y aquí me tienen ahora po, con los bolsillos pelaos
sin pega en ninguna parte, y con el hocico hinchao
Y se me viene el problema, todavía la estoy queriendo
Los hombres, dije una vez, piensan como hombres
y me estoy desconociendo

La Rosa es mía o de naide, los prejuicios a la cresta
y si a Don Guille tenerme, de yerno tanto le cuesta
habrá que poner remedio, al tiro a esta situación
yo no veo la diferencia, entre empleao y patrón.

Si me buscan a la mala, güeno poh, a la mala bajo al vino
y esto ya está decidido, por el único camino
Cuando uno quiere a la güena, Dios sabe que no es desaire
yo soy un roto de trabajo, no le agacho el moño a naide
 
Así es que esta misma noche
agarro pingo y apero
¡Me robo a la Rosa, mierda!
¡Ahístá la madre'el cordero!



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