sábado, 30 de junio de 2012

La misma página, la misma trampa


No volví a entrar en Página 12 desde el triunfo de la invasión a Libia, cuando en realidad –por muerto yo– dejé de visitar mis sitios acostumbrados y de alimentar este blog, para dedicarme en exclusividad al placer de una temporada exploratoria por el limbo de otros sitios más inofensivos, más moviditos y más a mano. Nunca voy a perdonarle al diario su campaña de apoyo a los bombardeos humanitarios, la serie de reportes revolucionarios firmados por el corresponsal Sengupta, las tapas que celebraron la liberación de Trípoli. Las comillas quedaron bajo los escombros, se me atragantaron todas juntas cuando al hombre lo bajaban de la camioneta, antes de rematarlo, y él se limpiaba la sangre de la frente, pobrecito. Nunca lo voy a perdonar. Alá tampoco. Si la semana pasada volví a entrar fue por culpa de los golpistas paraguayos, por obra y gracia del mismo imperio asesino.

Entonces hoy sábado abro el periódico y encuentro una nota titulada El candidato que divide aguas en México 


“El más discutido de todos los candidatos a la Presidencia de la República es López Obrador. Casi no deja lugar para las medias tintas: o se lo odia o se lo ama; o se le teme como si fuera una amenaza comunista en plena Guerra Fría o se lo invoca como un conjuro contra los males acumulados de 83 años de gobiernos corruptos del PRI y del PAN.
El fantasma del fraude electoral cabalga de nuevo. Las encuestas de las cuatro semanas previas al segundo debate, el 10 de junio, reflejaban un marcado ascenso de la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y la caída constante de sus dos oponentes”

Dicho fenómeno había sido señalado en este blog el 29 de mayo pasado.
“¿Por quién van a votar los que no han dicho por quién van a votar? Entre un elevado margen de indecisos, cercano al 20 por ciento, y el voto útil, ahí se va la Presidencia. Y eso lo saben los 202 intelectuales, artistas, científicos, escritores, académicos y periodistas que hicieron un llamado a votar por López Obrador”
O sea que entre quienes hicieron tal llamado hay colegas del autor de la nota. Esto dijeron:



Página12 bien podría haber publicado una notita con este documento. ¿Porque lo que pasa en México es importante, o no? Para la integración, para la profundización, para contrarrestar a los golpistas de aquí y allá, para la militancia, etc. Digo yo:

MÉXICO

Superficie: 1 972 550 km² (14º)
Población: 112 322 757 personas (11º)
PIB: US$ 1658,197 millones (14º)

ARGENTINA

Superficie: 2.780.400 km² (8°)
Población: 40.117.096 personas (32°)
PIB: US$ 710 690 millones (21°)

Más el pequeño dato ese de que México comparte 3152 km de frontera con ya sabemos quién. ¿No será como para darle más importancia a lo que sucede en México, país hermano que supo hospedar a tantos exiliados nuestros? 

Pero sigamos con P12:
“Las encuestas son fotos movidas de la realidad, instantáneas borrosas que invitan a adivinar el futuro, quiromancia política que a veces no pasa de profecías fallidas. Eso fue 2006 para López Obrador, desde la enorme ventaja con que arrancó su campaña hasta la noche triste del increíble 0,56 por ciento que lo derrotó, haya sido como haya sido”
Fue de manera fraudulenta. Aquí el periodista revela su naturaleza subjetiva carcomida por el objetivismo, por ese afán de aparecer neutral que le hace hablar de política como si hablara (mal) de fútbol: López Obrador perdió por un gol de cabeza en el último minuto. Autor y diario saben que el PRI y el PAN son indefendibles, pero no pueden hablar de una alternativa de centroizquierda sin usar barbijo, porque claro, hay que contarlo todo, aunque acá no se sepa quién es quién ni de qué va la cosa, ellos tienen que contarlo todo, y con marcado escepticismo por si las moscas:
“Esa dureza y sus incongruencias las plasmó Javier Sicilia en aquel encuentro con los cuatro candidatos en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, el 28 de mayo. Para muchos, usted, señor López Obrador, significa la intolerancia, la sordera, la confrontación –en contra de lo que pregona su República Amorosa– con aquellos que no se le parecen o no comparten sus opiniones; significa el resentimiento político, la revancha, sin matices, contra lo que fueron las elecciones del 2006, el mesianismo y la incapacidad autocrítica para señalar y castigar las corrupciones de muchos miembros de su partido que incluso, contra la mejor tradición de la izquierda mexicana, no han dejado de golpear a las comunidades indígenas de Chiapas y de Michoacán o a los estudiantes de Guerrero
En donde el autor expresa sus propias convicciones a través de terceros. Un valiente. Por último lo más taimado de todo, su enternecedora imagen de la juventud mexicana (es un nihilista el cabrón):
“Por eso no debe sorprender que el movimiento #YoSoy132 catalice el desencanto de los jóvenes universitarios ante un futuro que –a los más– no les ofrece sino la promesa de nada. ¿Por quién irán a votar los que ya no creen en nadie?”

Van a votar por Andrés Manuel López Obrador van a votar, salame. Ay este diario fundado por Lanata...

No hay comentarios:

Publicar un comentario