viernes, 22 de julio de 2011

Hoy mi deber


Hoy mi deber es estar con mi novia y nuestra pareja de amigos mexicanos, que viven aquí, en el departamento que vive arriba del nuestro. Hay vino, hay puchos, mota, mole, instrumentos de música, un cancionero de Silvio que es una reliquia. Hicimos "Son desangrado". Hojeando las partituras apareció el tema "Hoy mi deber", y yo recordé haber leído que la compuso en un hotel de Oslo, a pedido del festival para el que había llegado a Noruega. Después de cantarla, el álbum se abrió en una mis fotos preferidas de este viaje en la vida que nos tocó en suerte vivir con él, al mismo tiempo, en compañía de sus canciones: "Con diez años de menos".

Con diez años de menos, la mañana del sábado 21 de julio del 2001, yo desembarcaba en Kristiansand, sobre las costas de Noruega, al cabo de media docena de taxis, dos aviones, dos trenes y el crucero "Princesa de Escandinavia", habiendo pasado desde Buenos Aires por la Habana, París, Londres y Newcastle On Tyne. Todavía me quedaban cinco horas de autobús para llegar hasta mi amada de entonces, que aquella tarde me esperaba en la terminal de Oslo.

En Oslo yo viví en la "Calle de los Cuentos de Hadas", a veinte cuadras del centro, allí donde está el palacio de los reyes, el Teatro Nacional de Ibsen, y la sede del gobierno donde hoy explotaron las bombas. Yo supe andar por esas veredas, y por debajo de esas veredas, entre los recovecos subterráneos de mi vida entre los vikingos, allí donde yo cantaba canciones para hacer llover, para hacer llover coronas.

Hoy mi deber es seguir aquí con los chicos, bebiendo, fumando, comiendo, charlando y cantando. Mañana, pasado y durante los días siguientes continuaremos nuestra dedicación a la búsqueda. Hoy mi deber era poder decir y colgar algo como esto, esta misma noche:


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