martes, 24 de agosto de 2010

Tres señoras poetas

(Catadas por cortesía de La Bodega del Diablo)



El arco y la flecha

Tras disparar la única flecha que me quedaba
desaparecí dentro de la copa de un ciprés.

Ahora anido en el arco.
No hay peligro alguno:
en las fuertes tormentas
el viento cuida de mi
y guarda los deseos en las raíces.

Entre las ramas
como los pájaros
floreceré en primavera.

María Montserrat Bertrán


Sólo el sueño

Llegaré mañana.
Tenderé al sol
este corazón lleno de inviernos.
Volveré
paso a paso
por la destejida ruta,
recuperando el ansiado viaje perfecto,
revelando postales,
desaprendiendo de nuevo.

Soltaré
en el mar más puro
las últimas lágrimas
y enterraré para siempre
a esa extraña yo
con un caracol de lápida.

Ya casi no pesa
el ancla.

María Laura Coppié


Inútiles, los puentes

Conservo cada uno de mis puentes
con la obsesión de un coleccionista.
No todo lo que amé
halla horizonte.
No todo aquello que me deslumbró
conserva su luz nido adentro.
Cada tanto
la niebla anuncia
una sombra en regreso.
Gime la llave en el óxido del tiempo.
Tiemblan los años que nos separan.
Un mandato de fuego
torna circulares los caminos.
Todo vuelve de algún modo.
Milagro y caída.
Conozco la horma de esa huella,
la ceguera que evoca recuerdos.
No hay muralla que contenga la huída.
No hay puentes que devuelvan el alma
a las estatuas de sal del pasado.
Cada nombre es un inapelable silencio.

Gabriela Delgado

lunes, 23 de agosto de 2010

Profesionales somos todos

Si una va al dentista, le dice "me duele la muela", el tipo te dice "abra la boca", vos la abrís, te revisa, hace cosas ahí, te da un medicamento, te explica cómo tomarlo, cuándo tenés que volver, pagás y ya. Si los dentistas fueran diseñadores gráficos, los pacientes dirían: "Me duele la muela, me tiene que hacer un tratamiento de conducto, tengo que tomar este antibiótico, ¿que abra la boca? No, no la abro nada, es mi boca, yo sé lo que necesita, ¿tan caro me quiere cobrar? No, yo le quiero pagar menos". Por favor, hagan como Jose y dejen trabajar al diseñador.

Sil

domingo, 22 de agosto de 2010

Me parece que un indio va a ser el campeón


El argentino Braian Toledo, de 16 años, oriundo de la localidad bonaerense de Marcos Paz, ganó ayer domingo la medalla dorada en lanzamiento de jabalina durante los Juegos Olímpicos Juveniles de Singapur. Toledo alcanzó los 81,78 metros, aventajando con claridad los 76,88 del estadounidense Devin Bogert y los 74,23 del letón Intars Isejevs, plata y bronce respectivamente.
Toledo tiene el récord mundial de la categoría desde que el último verano tirara 89,34 metros en Mar del Plata. La jabalina juvenil pesa 700 gramos, 100 menos que la usada en las ligas mayores, allí donde reina el noruego Andreas Thorkildsen y donde el récord continúa en manos del mejor lanzero de todos los tiempos, el checo Jan Železný, quien en 1996 la clavó en 98,48 metros.


¿Será un porteño el primer atleta de la historia en tirar la jabalina a 100 metros?
Me parece que sí. Un indio, para más datos. Querandí.

jueves, 19 de agosto de 2010

Fibertel y Yo


Como ex cliente de una empresa incapaz de informar de manera precisa y comprensible sobre sus prestaciones y promociones, inepta a la hora de instalar el pedido dada su deficiente tercerización del cableado, retrasada, amontonada y errónea en la facturación, telefónicamente impotente, ediliciamente pijotera, chorra/ta en síntesis, y en vista de la caducidad de su licencia comercial, declaro el día de hoy jueves como uno de esos días en que I CAN GET, OH, SATISFACTION.

martes, 17 de agosto de 2010

Verdadero



Este video pudo haberse registrado en forma casual, para luego aprovecharse como publicidad de difusión  "viral" de la marca Gillete. También pudo haber sido deliberada y meticulosamente preparado para la campaña de Gillete. Donde NO HAY TRUCO ALGUNO es en la puntería.

O en todo caso:  EL TRUCO ES ROGER.



sábado, 14 de agosto de 2010

Lola vs el Padrenuestro y La Calle





Adoro mirarme al espejo. Poso, me acomodo las tetas, me tiro besitos. A veces cuelgo largo rato observándome. Discuto conmigo. Discuto con el mundo. Puteo y me hago reproches. Me maquillo lentamente y escruto mi ropa. Sonrío con mi aspecto serio o de colegiala puta. Me truco para que no se note el bulto. Me pongo perfume y ya estoy lista para salir a matar o simplemente para ir a comprar cigarrillos.
Tenía cinco años cuando me travestí por primera vez. La típica: ropa de la vieja saltando en la cama. Recuerdo cómo entrecerraba los ojos con el perfume de mujer (Al Pacino contenido) y decía: quiero. Pero tardé en hacerme travesti. Porque el tema no es salir del ropero. La cuestión es salir a la vereda. La joda es que te miren mal y te griten de todo. El problema es perder a los amigos y a la gente que siempre quisiste y supuestamente siempre te quiso. Incondicionalmente. Y así y todo, es lo de menos.
El milico sorete me pide documentos a cada rato, igual que a ese negrito de la villa con aspecto de menor delincuente al que hay que frenar porque si ahora es así te imaginás dentro de unos años. La vieja conchuda dice qué barbaridad, o algo por lo bajo, inaudible aunque sepas de qué se trata. Como cuando el pibe le pide una monedita al tipo que traga saliva y no le da porque para qué si irá a parar donde algún padre que lo explota. Pelotudo.
Adoro mirarme al espejo. Porque es como mirar a la sociedad: siempre se descubre algo nuevo. No tengo que recurrir a la prostitución para ganarme la vida. Lo intenté porque la sola idea me calentaba. Probé dos veces. Pero no sentí nada de nada. Me cogieron por todos lados mientras yo los miraba seductora, putita, pero para mí era lo mismo que estar mirando un programa de esos que dan a las seis de la mañana, que te venden durante una hora cosas que nadie necesita y tenés que llamar ya porque si no se agota el producto. Me convocaron para trabajar en varias casas de masajes pero rechacé las ofertas. Mi psicóloga me dijo que el problema era que yo tenía mucha cabeza para eso. Y mis hermanas travitas me pusieron entre la espada y la pared: “Ojalá nunca tengas que hacer lo que hago yo”. ¿Quién no sabe que es un ambiente de mierda? Pero no se lo conoce realmente hasta que se pertenece a él o al menos hasta que se lo ronda.
Todo parece muy down. Se prevé un final tristón y esperanzador a la vez. Con un “se puede” onda campaña radical. La verdad es que me encanta ser travesti. Me encanta ser lo que soy y lo que aún no soy y lo que voy a ser. Lo que aún no me dejan ser. Quiero mi nombre en mi documento. Quiero mi nombre en mi instituto. Quiero mi nombre resonando en los corazones y en las pijas de los chongos que me disputen. Me encanta que vengan y me cojan por todos los lados posibles. Y por los imposibles. Me encanta que me chupen la orejita y que me digan que soy una putita-calentona-perrita-guachita-cómo-te-voy-a-dar. Adoro que me besen con pasión. Me gusta cuando veo que alguien me está observando en la calle y yo le muevo deliberadamente el culo. Me gusta sentir que está conteniendo el aliento. Sé que los re caliento cuando pongo la boquita pintada de nena que hace puchero. O cuando digo “sí, papito”.

¡Qué manera de irme al infierno todos los días! Pero el infierno (igual que el cielo, decía mi nono) está acá en la tierra. Acá por la vereda donde yo voy esquivando soretes, como cualquiera. No hago más que dejar atrás la mierda social que nos tapa diciendo a todo que no, y le digo que sí a lo que quiero. La verdad que me cansé de los poderes constituidos que rezaron el padrenuestro contra la ley de matrimonio, que levantarán crucifijos contra lo que será la ley de identidad de género. Combato a ese poder todos los días. Con mi propio poder social e individual en los frentes de batalla, apostado contra todos los mecanismos programados para decir “no” a cada deseo íntimo.
Adoro mirarme al espejo. Allí veo a esta hermosa travesti militante que a diario se recuerda que es una hermosa travesti militante, y que seguirá siendo hermosa y seguirá luchando con una espada de dos filos hasta que sangre lo que tenga que sangrar. Como mi culo, si es necesario.Y eso que no conté nada.

Nicole Pietrangelo

integrante del Foro de Diversidad Sexual del INADI Bahía Blanca
afiliada al Partido Comunista

 

jueves, 12 de agosto de 2010

PTSD


Parece sigla de partido troskista, pero son las iniciales de “posttraumatic stress disorder”, PTSD, una severa alteración mental que se desarrolla tras haber estado expuesto al riesgo de perder la vida. La sufre el 25% de los 2 millones de soldados norteamericanos que han pasado por Irak y Afganistán desde el comienzo de la invasión en octubre del 2001. La cifra de caídos en combate sobre tierra afgana desde entonces hasta junio del 2010 suma 761 marines. Durante el mismo período, la cantidad de suicidios entre la tropa asciende a 817. Por primera vez desde la guerra de Vietnam, la tasa de suicidios al interior del ejército supera a la tasa de la población civil. Barack Obama sigue siendo el Premio Nobel de la Paz.