lunes, 26 de julio de 2010

El ángel azul

A propósito del "Diario cordobés (2)" que Flavia De La Fuente viene llevando en La Lectora Provisoria sobre su participación en la Semana Internacional de la Crítica organizada en Córdoba por el Cineclub Hugo del Carril, Pecho, uno de sus colegas y comentaristas, graduado como yo en La Docta, y a quien personalmente conozco del pub del barrio, escribe algo que me permite esbozar las líneas fundamentales de un cuento. Él dice: 

...Disfruten Córdoba, donde viví 7 años estudiando en la universidad y disfruté del embrión del Cineclub Hugo del Carril, el Angel Azul, sobre la calle Colón, donde pude ver, en la primer función inauguratoria -año 1996- (gratis) el corto de Orson Welles “It’s all true” (sobre los brasileros que mueren a punto de llegar de una travesía en balsa sobre el atlántico) y “El angel azul -piernas largas Dietrich-” en 35 mm. Larga vida al Cineclub que tanto me dio cuando era un jovenzuelo irreverente. Vayan a comer pizza a “Estación 27″. Ahí nos emborrachamos con Roger por primera vez en 1999. Abrazo grande y nostálgico para mis amigos.
Pecho
Juan Bautista Echegaray Dice:
Julio 26, 2010 en 2:59 pm

Pecho:

Mi segundo año de alumno en nuestra Escuela de Ciencias de la Información, 1992, transcurrió habitando el décimo piso de un edificio ubicado en el Complejo Sto Domingo, ese colmenar humano que ocupa mitad de la cuadra limitada entre las calles 27 de Abril, Vélez Sárfield, Belgrano y Deán Funes. Yo compartía un depto de dos ambientes con cuatro amigos mendocinos. Resulta que cierta tarde, uno de ellos, el Carly, de walkman por los laberintos de la planta baja del Complejo, no viene y conoce a una vecinita, la Claudia, que por allí andaba de habitual paseo con su dálmata. Entre los ingredientes de magia que confluyeron para el nacimiento de aquel amor hubo un elemento alevoso que el Carly me contó a la vuelta del segundo encuentro: los padres de la Claudia eran los dueños de “El ángel azul”.

Así fue como vimos (gratis) un montón de estrenos de la época, entre ellos “Nada es para siempre”, que desde entonces es una de mis películas favoritas. Lo que de seguro no fue para siempre fue la propiedad de "El ángel azul", y para cuando vimos “Plan 9 del espacio sideral”, el cine ya había cambiado de manos y de onda. Lo que sí fue para siempre es el romance de los vecinos, que ya llevan varios años radicados en Alta Gracia, donde enterraron al dálmata y donde tuvieron dos hijos, el mayor de los cuales es mi ahijado.

Un abrazo y saludos a la peña de Gibraltar.

PD: en “Estación 27” atienden las mozas más lindas del mundo. En su época de oro respondían al nombre de Nora (la Colo) Paola (la rubia) y Alejandra (la morocha).

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