jueves, 15 de abril de 2010

Casi elegía

Para B.C.

No es que me entusiasmara demasiado tu olor a miel
yo venía de un hervidero de abejas
y prefería las asociaciones de ideas
que culminaran en Bambi
pero el maduro azar y sus implicaciones
las labores australes de las señoras que dan los permisos
lo echarían todo a perder
a pesar de que tu aspecto de venadito era reglamentario
y tu desnudez no tenía aún la menor herrumbre
por el contrario atraía los gatos como un tazón de leche
y en ella se podía uno refugiar de la policía
o retener a la Cenicienta hasta el siguiente atardecer
o cortar mangos tiernos ya peladitos y salados
o mojar puntas de flechas en una estrofa de la Internacional

¿Por qué entonces nuestro retrato de bodas
iba a ser el retrato de bodas de nuestros hijos?
Las hojas se secaron entre las obras de Kipling
huélelas y recuérdame
límpialas de diamantes y recuérdame
pon polvo de su polvo en los deseos de tu juventud

La culpa es de la vida que se deja vivir
amor mío

Roque Dalton

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