domingo, 4 de abril de 2010

Ashco de guazo


Luis Labraña dice que viene de familia, partido y juventud comunista. Tras esa supuesta cuna suponemos que luego se hizo montonero. Treinta y pico de años más tarde los mass medios que nunca difunden un asado reconciliatorio en Campo de Mayo, donde Labraña aparece vivito, coleando y ejemplarmente abrazado a sus “enemigos de guerra”. El brindis se hace justo cuando el precandidato Duhalde lanza su propuesta de referéndum llamando a “parir en 2011 un gobierno para todos los argentinos”, sin encontrar mejor ejemplo que emparejar comunistas y socialistas con los que quieren a Videla. Curioso. De ahí al programa de Grondona para que Labraña aclare su origen rojo y diga que la URSS, China y Cuba han sido Estados pioneros en materia de secuestros, y que aquí en nuestra patria no hubo tantos desaparecidos como dicen los organismos de derechos humanos:
“Yo creo que delirante es hablar de 30 mil desaparecidos”
Y algo notable: la cuestión de su “autoridad”. Con cada una de sus afirmaciones el hombre nos enrrostra la “autoridad” acumulada como ex comunista, como ex montonero, como ex guerrillero, como ex exiliado en Holanda, como ex enemigo de guerra, etc. Basta con escucharlo y observar su gesto para darnos cuenta que ese curriculum vitae pertenece a un veteranísimo empleado al servicio de las autoridades policiales (y parapoliciales, naturalmente).
Si se armaba la rosca en lo de Grondona y Parrilli le alcanzaba a clavar un lapicerazo, el tipo iba a entrar a sangrar y vomitar esa misma leche de androide que chorrea Ian Holm (Ash) al final de “Alien”. Miren si no el parecido:

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