sábado, 19 de diciembre de 2009

Alguien olió muy mal en Dinamarca


Los representantes de todos los países del mundo llevaban varios días reunidos en Copenhague para la XV Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático. A su manera acostumbrada, los poderes centrales de los países más ricos de la tierra intentaron por todos sus medios (legales e ilegales) relativizar las serias advertencias presentadas en los informes del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (PICC), que establecieron que “el cambio climático es una realidad inequívoca y más allá de cualquier duda científica”. El jueves 17 se filtró un documento confidencial en donde los delegados de dichos países acordaban impulsar un recorte de emisiones de CO2 sustancialmente inferior (la mitad) al reclamado por los países más vulnerables a la catástrofe ecológica.
Durante las deliberaciones, miles de jóvenes pacifistas y ambientalistas daneses se manifestaron por las calles de su "København". Entre ellos se encontraban policías camuflados de civil asistidos por una red de inteligencia telefónica montada para vigilar activistas. Unos 260 chicos y chicas fueron capturados y apresados en las movilizaciones.
Al otro lado del Atlántico, Greenpeace se congregó en la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Washington y desplegó una pancarta que semejaba una cinta policial amarilla de esas que vemos en las películas. Un miembro de la organización declaró: “¡Esta es la Unidad del Crimen Climático de Greenpeace! Declaramos a la Cámara de Comercio de Estados Unidos como una escena del crimen climático. La Cámara de Comercio de Estados Unidos y otros grupos de presión de las industrias contaminantes han tomado al planeta de rehén. Están debilitando los esfuerzos de Estados Unidos para detener el cambio climático que está fuera de control y, como consecuencia, los líderes mundiales no están llegando a un acuerdo en Copenhague. Exigimos que los grupos de presión de la industria se terminen y desistan de sus intentos”.
El viernes 18, el miserable presidente de los Estados Unidos, bochornosamente condecorado una semana atrás por el reino vecino de Noruega con un premio “por la paz”, no contento con haber mandado decenas de miles de soldados más a tierras árabes, se presentó en la reunión mundial con su ya reconocida caradurez para no decir nada más que formalidades mentirosas. Mientras tanto, en Atlanta y Miami, ciudades del país que preside, las lluvias tapaban el techo de los automóviles, y CNN informaba que desde el parador más alto de la Torre Eiffel podía verse a París convertida en una ciudad del polo norte, como en El día después de mañana

Bushama: El tiempo de hablar se ha acabado. No he venido a hablar, vengo a actuar.

Hamlet Chávez: …el Premio Nobel de la guerra dijo aquí mismo (por cierto huele a azufre aquí, huele a azufre, sigue oliendo a azufre en este mundo) que él vino a actuar. Bueno, demuéstrelo señor, no se vaya por la puerta de atrás, haga todo lo que tiene que hacer para que Estados Unidos se adhiera al Protocolo de Kyoto, y vamos a respetar Kyoto y a potenciar Kyoto, y a responderle al mundo de manera transparente.




Mural en Caracas

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